C La Chola Poblete

 

Nombre: Jorge Raúl Vásquez

Comisión: 56

Docente: Santiago Castellano

Consigna:  Asistir a un evento y hacer crónica

Tipo : Individual

Versión: Original

Titulo: La Chola Poblete

Fecha:  16 junio 2022

  C La Chola Poblete

“¿Porqué no quiere la gente que une sea diferente?” cantaba Nacha Guevara en su época de canciones de protesta en la Botica del Ángel, por  los 60.  A pesar de todo lo que ha pasado de allá a la fecha, ciertas cosas no han cambiado demasiado. La protesta se ha corporizado, parece que ha leído a Bourdieu,  pero sigue siendo protesta  llevada a cabo por los diferentes, para ser aceptados, para  reclamar ser integrados. Ese es el caso de Mauricio Poblete, La Chola. Mendocine, descendiente de bolivianos, marrón de piel por propia definición, queer, performer sobre su cuerpo, activiste, egresade de la licenciatura y profesorado en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Cuyo. Le artiste …” retoma en sus video-performances, fotografías, esculturas, pinturas y dibujos, un conjunto de saberes ancestrales y plasma desde una simbolización crítica las prácticas coloniales de discriminación aún presentes” dice  Infobae en su  relato sobre le consagrade artiste en la Feria ARCOMadrid, 2022.

Pero ellle no se lo cree, “El discurso está puesto sobre lo queer y lo latino, me eligen a mí por eso”. Plantada frente a Letizia, reina de España- y en Madrid-  ambas con tacos  muy altos,  une bajite y redonde como una vasija de su ancestro, con su pelo de poncho arriba del poncho de aguayo; la otra larga y flacucha, con un tailleur azul,   con cara de azorada, a la que le espeta de saludo “Hace 530 años que no nos veíamos”.

Al mismo tiempo de su presentación en ARCOMadrid, el Museo  de Arte Moderno de Buenos Aires  exhibe un conjunto de dibujos íntimos, realizados como un diario (en el enmarcado, se observan las ranuras del block de hojas de donde se sacaron) y de descarga de angustias,    titulados “Ejercicios del Llanto”, junto a dos oleos y una acuarela.  Pasan de un simplismo elemental  como ser una línea recta y una curva, a sutiles detalles hechos en puntillismo, donde abundan  unas figuras que le artiste llama “papas” - parecen el contorno de los tubérculos-  con cabellos lacios, ancestrales. En otros surge violento el coloniaje  como una cruz con una papa encima y con una corona de alambre de púas, marcando una  tumba.

La acuarela expuesta  requiere dialogar con otras obras  similares de le artiste, pues están llenas de simbolismos, siluetas insinuantes,  símbolos ancestrales, papas, objetos españoles y trenzas de la etnia . Vista sola,  no se entiende el riquísimo lenguaje de formas que maneja en sus obras.

Los óleos muestran une artiste sólide, con buen manejo de la técnica, creando volúmenes bien definidos contra pintura intencionalmente plana como contraste.

Las figuras humanas  están reordenadas,  en las caras y en los cuerpos,  apareciendo como papas o formas larvarias, con trenzas para  identificar la exclusión de ciertos cuerpos en la cultura de la belleza.

El Mueso está vacío, salvo escasos turistas extranjeros que hacen el tour  del Ómnibus Amarillo recorriendo la ciudad.  Esperé un buen rato para ver si  alguien más visitaba la exposición de La Chola,  para  indagar otras perspectivas. Mal comienzo. Sólo aparecieron dos mujeres de aspecto oriental,  posiblemente coreanas.  Dejo que miren los dibujos, y  cuando van a salir  me presento:

-Estudio Comunicación en la UBA. ¿Puedo hacerles unas preguntas sobre la exposición?

- Sí, adelante, (en perfecto español  porteño)

-¿Conocían a la artista (pienso, mejor no meter el inclusivo...) antes de venir a la exposición?

Una le habla a la otra en parece coreano

-¿Habla español? , indago, preparando mi inglés por las dudas.

-Si, un poco, pero se me escapan algunas palabras.

(Si esa respuesta es hablar poco, a qué llamarán hablar  bien…)

-No , no conocemos nada de la artista.

-¿Qué les pareció la muestra?

-Buena técnica de trazo y dibujo, ¿cómo se dice, puntillismo? muy bueno, pero no nos comunica nada.

Diría que comparto la sensación de que  La Chola puede dar mucho mas  con sus creaciones,  que luchan entre el fetichismo de la obra de arte y su necesidad de expresarse en la pintura, pero que odia el marchantismo. Con un regusto amargo, luego de deambular por los pasillos y salones,  ver otras obras, algunas viejas amigas de los años 60 y 70,  dejo la vieja fábrica de cigarrillos “43”, reconvertida en Museo - como Terrabusi  y Nobleza Picardo reconvertidas en Facultades- enfilando hacia Plaza Dorrego, a la gratificación de una buena cerveza en la esquina de Humberto Primo y Defensa, a sólo un par de cuadras.

Cuando voy llegando,  se oyen sólo voces extranjeras,  posiblemente alemán y otros de sonoridad eslava, la cortina del viejísimo bar de fines de1800 -donde se tomaba cerveza con maníes y olor a humedad ancestral-  baja, y desde hace tiempo. La plaza vacía, con un cantor de voz ronca cantando blues en inglés,  los anticuarios convertidos en vendedores de viejuras, que no es lo mismo;  tres cervecerías cerradas a esa hora, y  otros tres o cuatro comederos, no merecen ni el título de restaurantes,  a espera de cazar  los escasos  turistas. Una cazadora vé mi aspecto de  viejo gringo perdido, con mi mochila de estudiante, mirando para todos lados, tratando de reconocer “mi “  Plaza Dorrego.

-¿Buscando un lugar para comer?

-No, mas bien mirando cómo desapareció la Plaza Dorrego…como está  todo cambiado, sólo se habla foráneo, se canta en inglés en vez de tangos, no hay mesas de anticuarios, la esquina cerrada…

- Ohhh, cierto, hace mucho que está así.

Se acerca un mozo del mismo comedero.

-¿Cuándo cerró  el bar de la esquina, te acordás?

- Y hace dos años, la pandemia los reventó. Trataron de abrir pero sin turistas esto está muerto.      Abrieron un tiempo, pero se fundieron…

Mi cara de segunda frustración en un mismo día y en el mismo entorno debe haber sido terrible, pues los dos me dijeron  que se le va a hacer, es la que nos tocó vivir”. Nos despedimos, y comencé a volver a paso cansino rumbo al subte. Prefiero ir a casa antes de otra frustración mas. Pero llegó igual. Siete cuadras de locales cerrados,  unos por seguridad, otros por fundidos, y otros porque sólo abren los fines de semana a la noche. Una ciudad fantasma…

 

 

 

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